Riega tus plantas sin riesgo a ahogarlas
Si hay una pregunta que todo amante de las plantas de interior se hace, es ésta: ¿cada cuánto debo regar? La verdad es que muchas veces las plantas no se mueren por falta de agua, sino por exceso. Regar bien es un arte y una de las claves para mantener tus plantas siempre verdes y saludables. Hoy en TierraViva te acompañamos con consejos sencillos para que aprendas a escuchar a tus plantas y nunca más tengas miedo de ahogarlas.
¿Por qué es importante regar bien tus plantas de interior?
El agua es vida, pero en exceso puede ser un problema. Cuando la tierra permanece demasiado húmeda, las raíces dejan de respirar y aparecen hongos que debilitan a la planta. Por el contrario, cuando falta agua, la planta se marchita y pierde su vitalidad. Encontrar el equilibrio es el secreto para un crecimiento sano y duradero.
Señales de que tu planta necesita agua
Antes de correr por la regadera, fíjate en lo que tu planta que dice:
- La tierra está seca al tacto / aún luce negra y húmeda.
- Las hojas se ven caídas o flácidas / la planta está erguida y vigorosa.
- El color verde empieza a apagarse / el color de sus hojas se mantiene verde vivo.
Consejo: Introduce un palito de madera 2 o 3 cm en la tierra; si está seco, es momento de regar; si, por lo contrario, sale negra y con pequeños grumos húmedos adheridos, hay que esperar un poco más.
¿Cada cuánto regar según la especie?
No todas las plantas tienen la misma sed, es importante saber el origen de tu planta, si es de ecosistemas desérticos, bosques, entre otros; de esta forma te podrás orientar mejor a definir la frecuencia de riego, sin embargo, aquí tendrás una guía.
- Cactus y suculentas: Una vez cada 15 días.
- Plantas tropicales: 1 o 2 veces por semana.
- Helechos: Requieren bastante agua, revisa su tierra cada 2 días.
Lo más importante es observar tu espacio porque la temperatura, la luz y la ventilación influyen en la frecuencia de riego y por ello los tiempos podrían variar.
Tips TierraViva
Errores comunes al regar
- 1. Dejar agua acumulada en el plato.
- 2. Regar todos los días por “rutina”.
- 3. Usar agua muy fría o con cloro en exceso







